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Un Wildride con Floortje Schuurman

Floortje Schuurman es madre, creadora y un alma reflexiva. A los 35 años comparte sus días con cuatro niños pequeños y su marido, en un hogar donde la vida rara vez se detiene. Sus manos suelen estar ocupadas con un ovillo de lana, un niño que pide brazos o una merienda que pasa de un lado a otro de la habitación. Aun así, hay una calma silenciosa en la manera en que se mueve entre todo ello.

En esta edición de Un Wildride con, nos ofrece una mirada a su mundo. Una vida moldeada no por grandes hitos, sino por la suave repetición del cuidado, la creatividad y la presencia.


Madre con sombrero de ala ancha lleva a su hijo en un portabebés lateral Wildride al atardecer

 

Cuéntenos un poco sobre usted

Me llamo Floortje. Soy madre de 4 niños: Lev (7), Ziggy (5), King (2) e Isaiah (0), junto con mi querido marido Tom. Entretejido con mi vida diaria con los niños está mi negocio de diseño y confección de ropa.

La principal razón por la que consigo mantenerme relativamente tranquila y en paz con mis hijos es que puedo combinar tan bien mi vida familiar con mi creatividad. Siempre tengo a mano algún proyecto de ganchillo o punto, lo que me da instantáneamente mucha alegría y calma.

¿Cuál ha sido su wildride?

Ya he empezado a anotar todas nuestras aventuras, que sobre el papel pueden parecer bastante intensas, pero honestamente, mi mayor wildride resulta ser encontrar la felicidad en la rutina diaria. Levantarse cada mañana con el caos inmediato de todos los niños, lo poco especial de las idas y venidas del colegio, la colada, las compras, la cocina y la limpieza. La sensación de victoria cuando me doy cuenta de que no he olvidado nada antes de ir al parque, y también las infinitas soluciones creativas cuando sí he olvidado algo. El poder seguir riéndome tanto con mi pareja. La profunda gratitud por esos breves momentos de la noche, cuando la casa vuelve a estar recogida y tranquila tras otro día de caos.

La rutina diaria es mucho más llevadera al poder llevar a los niños en un portabebés y tener las manos libres: como cuando hago la compra de última hora con niños hambrientos, cansados y quejándose, y agradezco poder poner al niño que llora en el suelo dentro de un Wildride.


Mi mayor wildride es encontrar la felicidad en la rutina diaria.

Madre con niño en portabebés lateral Wildride verde y blanco en la naturaleza

 

¿Qué le ha sorprendido más de la maternidad?

Lo que más me sorprende ahora es que tener cuatro hijos, incluido un recién nacido, me resulte mucho más fácil que cuando tenía solo un bebé. Creo que tiene mucho que ver con la experiencia y con no sentirme tan abrumada por lo “nuevo” de todo. También antes me paralizaba el miedo a dañar o traumatizar a mi bebé; ahora sé que probablemente tendrán su propia parte de heridas que afrontar, y que no es algo que pueda controlar tanto como me gustaría.

¿Qué lleva en su bolso?

No salgo de casa sin un proyecto de punto o ganchillo. Una crema solar de Tallow, que también uso como crema facial y me aplico varias veces al día cuando paso mucho tiempo al aire libre. Mi corrector de Charlotte Tilbury y un lápiz de cejas; es el único maquillaje que uso con regularidad y no me importa retocarme durante el día. Siempre hay algunas piezas de Lego u otros juguetes pequeños esparcidos en mi bolso. Mi cepillo para el pelo.

¿Su mejor truco para los niños?

Intento que mi prioridad sea estar feliz y conectada conmigo misma. Si noto que empiezo a querer controlar a los niños para sentirme mejor o más tranquila, sé que es momento de mirar hacia dentro. No siempre es fácil; siendo sincera, siempre está Buurman & Buurman como último recurso para escapar momentáneamente de cualquier tipo de locura, jaja.

Si pudiera dar un solo consejo a un nuevo padre o madre, ¿cuál sería?

No caigas en los sentimientos de culpa ni en la idea de ser perfecto. Al final, lo mejor para nuestros hijos es que estemos felices con nosotros mismos. Sentirse culpable o insuficiente es precisamente lo que nos impide estar en paz y satisfechos.

 


La maternidad rara vez se construye en grandes momentos decisivos. Más a menudo, se forma a través de la repetición, el ajuste y las tareas tranquilas que llenan el día. Una pausa suave después de una tarde ruidosa. Un pequeño proyecto retomado entre comidas. Un niño calmado por algo familiar. Estos son los detalles silenciosos que dan forma a una familia. A veces, ahí está el corazón de la wild ride.

Madre con niño sonriendo en portabebés para todótulo Wildride en la naturaleza al atardecer

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